El prestigioso periodista Nélson castro, nos habla de la T.V. abierta Argentina actual
Periodista respetado y crítico, culto, amante de la música de cámara y pianista, este hombre nacido en San Martín, único profesional en su familia, nos habla de la televisión actual y pone especial énfasis en lo importante que fue para él, su formación. Según tengo entendido, sos médico también, ¿cómo se te dió por estudiar carreras tan distintas?Mi vocación periodística y mi vocación médica nacieron simultáneamente. Cuando era chico ya sabía que quería ser médico y periodista, así que cuando me recibí en el secundario, ingresé en la Escuela de Periodismo del Círculo de Periodistas Deportivos y en la Facultad de Medicina. Por supuesto, me recibí antes de periodista que de médico.Trabajé durante diez años como periodista deportivo antes de empezar a hacer periodismo político.¿Cómo surgió esto de empezar a hacer periodismo político?Cuando vino la democracia, ahí empezaron a llamar a gente, obviamente después de los años de la dictadura militar en donde no había muchas posibilidades de hacer periodismo político, vieron la necesidad de llamar a gente joven para hacer distintos trabajos vinculados con la cobertura política y ahí me llamaron. Me interesó, me gustó mucho y me di cuenta que además, tenía que aprender mucho. Me presenté para una beca en Estados Unidos para hacer un post grado en periodismo político y tuve la suerte de ganarla. Me fui del país durante dos años y pico, para hacer y completar después mi especialización médica. Así que cuando volví al país en el 87, me sentía no sólo con la capacidad vocacional sino con la capacidad formativa de enfrentar el desafío de hacer periodismo político.¿Quién era un referente para vos en tu época de estudiante?Referentes no tengo ninguno, había gente conocida en ese momento que me gustaba como Grondona y demás, pero no eran referentes. (Hace una pausa y piensa) Tal vez sí, referente desde siempre, Magdalena Ruiz Guiñazú.¿Cómo ves a la programación televisiva actual?En general mal. Es un momento difícil, malo de la televisión abierta argentina porque está tomada por un elemento que es el rating salvaje, el contenido importa poco y entonces, en pos de esto, lo que se genera es algo cada vez de mayor necesidad de impacto. El impacto puede ser de dos tipos, a través de algo muy elaborado o poco elaborado, lo muy elaborado cuesta mucho, y además lleva mucho tiempo así que lo más fácil es lo poco elaborado que es lo que predomina.¿A qué público está dirigida este tipo de programación?A un público amplio, no lo ves solamente en gente marginal. “Gran hermano” y otros programas similares, los ven toda la población… Ese estereotipo que va solamente para la gente marginal es un error. Cuando vos tenés algo que tiene cuarenta puntos de rating es porque lo ve todo el mundo. El determinante para incluir algo en la programación de un canal es el presupuesto y el rating, que no está mal, lo que pasa que existe hoy una situación que yo llamaría “futbolística del rating”, porque si un programa va primero o segundo, factura lo mismo, no es que el programa que salió segundo factura menos, ahí lo que pesa es lo futbolístico de decir: "¡Ganamos!", entonces no interesa el contenido sino si ganamos o no.¿Qué diferencias notás entre la televisión abierta en otras épocas y la actual?Ahora es peor, antes la televisión tenía un nivel de cuidado que hoy no tiene, hoy lo chabacano domina y da buenos resultados lamentablemente… Además, el lenguaje de la televisión se ha deteriorado y este es un verdadero problema, lo viven los pibes y sobre todo los docentes, lo sufren mucho.¿Qué tipo de programas mirás habitualmente?Habitualmente miro poca televisión. Miro noticieros, conciertos por televisión que me gusta mucho ver, óperas cuando están bien grabadas y algún documental.¿Qué diferencias encontrás en como se aborda la información en los noticieros respecto de épocas anteriores?Yo creo que los noticieros deberían salir de la medición del rating y eso les permitiría cambiar mucho la metodología. También está en los noticieros el impacto por sobre el chequeo de la información y a veces se comenten errores. Hoy esta cultura del impacto es muy fuerte y va en desmedro del chequeo adecuado de las fuentes de información, este es un problema de calidad informativa que se ve. Además hoy el color predomina, no es que esté mal, pero a veces hay demasiado color, ¡todo un arco iris!¿Creés que en la televisión abierta hay algún formato o rubro que no se está emitiendo y debería?Muchos…, documentales, buenos programas de debate bien producidos, no sólo de debate político, lo que pasa es que hay que producirlos para hacerlos atractivos, buscar a la gente, prepararla, que sepan muy bien que van a hablar, no limitarlo; y conocer el lenguaje del medio para que entonces sea un debate vivo, interesante. Eso hay que hacerlo, y no se hace.También hay poca ficción y ficción de calidad, en muchos casos, mala.¿Qué opinás sobre la programación de Canal 7?Lo veo poco, tiene algunas cosas en general un poco mejor. Para mi gusto la televisión pública está lejos de ser lo que yo creo debería ser. Canal 7 necesitaría una redefinición de su estructura de producción, haría cosas con más producción genuina y con generación de espacios para los debates políticos y sociales con este nivel de producción que te digo, buscaría incorporar a los chicos a la televisión, la temática de los chicos y los adolescentes bien llevada, generaría mayor cantidad de espacios de ficción, ficción para gente nueva. Haría muchas cosas en canal 7.¿Por qué creés que estas cosas no se hacen?Un poco por presupuesto y otro poco por falta de capacidad, falta de visión. La televisión pública sigue siendo hoy del gobierno y entonces es un problema muy fuerte, porque todo está atado al color o al prisma del gobierno que hay de turno para darle la impronta que se quiere.¿Qué opinás de la censura?Actualmente hay autocensura y mucha presión del gobierno para producir censura, es un mal de nuestro tiempo. Se da tanto como en el gobierno de Menem, sólo que de una manera tal vez más brutalmente expresada y en algunos casos un poquito más subterránea. Yo no sufrí censura, pero no soy punto de referencia porque hay un grupo de gente: Magdalena, Biasatti y yo entre unos pocos, no sufrimos censura porque tenemos bastante historia, pero la mayoría de los colegas tienen enormes problemas.¿Vos estuviste en Nueva York cuando cayeron las torres Gemelas, cómo encararon los medios el tema?Fue muy heterogéneo, yo te puedo decir como lo abordamos nosotros. La idea fue que el drama que esto significaba no necesitaba ninguna sobreactuación mía para dar idea de lo que pasaba allí. El protagonismo lo tuvieron los hechos. Lo que me impactó y me impacta es como ésto lo apreciaron la gente y los colegas, el protagonismo mío surgió de esa actitud antiprotagonista, lo cual es un elemento muy interesante y positivo. Hoy la gente me sigue diciendo: "Cómo me gustó eso porque usted no le agregó nada, su toque personal fue que no le agregó ninguna sobreactuación suya, sino que nos permitió, -siempre me acuerdo- oler lo que estaba pasando ahí". Allá no se mostraban cadáveres, no hacía falta. Fue una medida que tomaron los medios y me pareció una buena medida, no hacía falta mostrar cadáveres para darse cuenta de lo que estaba pasando ahí, muy distinto a cómo abordaron los medios Argentinos el atentado contra la AMIA, en general.¿Qué hipótesis tenés respecto del ataque?Fue un atentado terrorista, esto de un autoatentado o autoataque que se dice... yo no encontré ningún elemento que pruebe esto. Y puede que lo supieran, pero esto no está esclarecido, creo que es una duda que permanecerá durante mucho tiempo.
11 septiembre 2007
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