“La Colifata” es una radio realizada por pacientes del hospital neuropsiquiátrico argentino José T. Borda, es pionera en este modo de trabajar con pacientes psiquiátricos y cumplió, el pasado tres de Agosto, dieciocho años en el aire. Para festejarlo, grabaron un CD junto a Manu Chao, quien invita a los Colifatos a participar en sus conciertos y mantiene con ellos desde hace diez años, una sincera amistad.
Debe su nombre a la palabra “colifa”, que es un término argentino que remite a un loco querible. Surgió a partir de un espacio dentro de un programa en una radio comunitaria, en el que los oyentes debatían y opinaban sobre algún tema en particular. Así como los oyentes se comunicaban telefónicamente, los pacientes del hospital público Borda emitían sus opiniones, se grababan, salían al aire y luego grababan también las preguntas que surgían de los oyentes hacia ellos. Así, contando tan sólo con un grabador de periodista y un espacio cedido dentro de un programa de radio, nació en el imaginario de la gente la idea de que dentro del hospital Borda, había una radio.
Alfredo Olivera es psicólogo y fue quien trasladó la propuesta a los pacientes. Actualmente dirige La Colifata y comenta respecto de los comienzos: “significaba ir creando muy lentamente un puente de comunicación e integración de un sector de la sociedad que había perdido todo lugar, o el único que conservaba era más ese lugar que es efecto de una construcción mítica, el loco como sustancia, cosa que me parece que no es así. Terminaba el sábado y esperaban a ver que volvía la semana siguiente como mensaje, es como tirar una botella al mar y lo interesante es que regresaba. Mi posición tenía que ver no con que el contenido del mensaje echado al mar diga lo que yo quería que diga, porque quizás a mí me hubiese gustado decir que vivir cuarenta años en un instituto psiquiátrico no tenía que ver con la salud mental, sino más bien con un castigo. Pero eso en todo caso lo tengo que decir yo, no puedo hacer ni pretender que lo digan ellos, porque sería anti ético y como eso lo tuve claro desde el principio, no había peligro. La propuesta era justamente generar un momento de encuentro, la posibilidad de trabajar con la comunidad en sus prejuicios y ayudar a que gente que había perdido referencias sociales las empiece a recuperar”.
“La Colifata” tiene como principal aliada a la comunidad. Varios oyentes propusieron festivales y eventos a beneficio para sostenerla y además, prestigiosos comunicadores locales, como Lalo Mir o Nelson Castro, comenzaron a alojar dentro de sus espacios, micro programas de “La Colifata”. La primer compactera que compraron y también la consola, fueron fruto de esas actividades organizadas por los oyentes y la primer antena la donó una radio comunitaria que también aportó el transmisor. En 1995, una oyente de Nelson Castro escribió a “Sorpresa y media”, un programa argentino conducido por Julián Weich, a través del cual se le cumplían sueños a la gente, e instalaron una nueva antena en la terraza del hospital. El apoyo del Estado es nulo, sí le otorgó premios y algunos subsidios, pero nada de dinero constante para seguir creciendo. Incluso, al inicio del proyecto hubo sectores dentro del hospital que intentaron apropiarse de la radio para hacer un medio de comunicación oficial de la Institución, matando así lo espontáneo y esa comunicación sin condicionamientos entre los Colifatos y su público.
Alfredo y su equipo trabajan en programas adicionales para que las personas logren reconocerse en sus capacidades, como ciudadanos con derecho a poder auto sustentarse, recibir la asistencia psicológica necesaria, medicación, amor y vivienda.
Entre 2002 y 2004, de las personas externadas, en los que continuaron participando de “La Colifata”, el porcentaje de reinternación fue 0 y en los que se distanciaron fue del 67%. Este indicador, según Olivera, no solamente marca que la participación en Colifata puede ser un espacio útil y necesario como acompañamiento a una vida social plena, lo cual no implica desconocer la enfermedad mental y el derecho a la asistencia, sino que señala también la necesidad de crear alternativas en salud mental modernas y complejas.
Cada sábado, participan cuarenta personas internadas o externadas del Borda y también visitantes que se suman a la transmisión en vivo que llega tan sólo al barrio.
El proyecto fue replicado en entre quince y veinte lugares de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Venezuela, Suecia, España, Alemania, Italia, Francia y Méjico. En estos dos últimos países, profesionales que iniciaron el proyecto viajaron para capacitar a quienes lo llevaron adelante allí.
Para festejar los dieciocho años al aire, Manu chao grabó junto a los Colifatos, un disco llamado “Viva la Colifata”. El disco se compone de veinte canciones y tiene una duración de treinta minutos. Según un comunicado del sello discográfico, son veinte canciones para reír, llorar y meditar sobre la vida, la muerte, las madres, la soledad, el amor y el fin del mundo. Incluye material generado por los integrantes de la radio: canciones, poesía e improvisaciones mezclados por el artista con bases musicales suyas.
El Orgullo de ser Colifato
Miqui tiene cincuenta y un años, fue externado hace 6 y además de actor, es uno de los locutores de la emisora. Está casado, tiene una hija de un año y medio llamada Bianca, que es el mejor regalo que Dios le hizo, y espera un niño que nacerá en Noviembre.
Llegó al Borda luego de regresar herido de la guerra de Malvinas y comenta emocionado que la experiencia de “La Colifata” le permitió tomar contacto, traspasando muros, con gente que lo quiere, como por ejemplo, a través de un vecino que lo escuchó por una repetidora, pudo pasar tiempo con su mamá antes de que ella partiera.
“La gente no se nos acercaba por temor y porque a veces se corren rumores que no son ciertos. Cuando están con nosotros se dan cuenta que es un mundo diferente, con más comprensión y solidaridad que afuera”.
Para él, grabar con Manu Chao fue un orgullo, también aparecer en la tapa del disco y haber podido participar de conciertos multitudinarios donde pudo sentir la emoción de la gente y generar un intercambio.
El ex Mano Negra, supo de La colifata a través de un amigo suyo documentalista que filmó un documental sobre la emisora en 1996 y luego se fue a España. Al verlo, quedó gratamente sorprendido y quiso acercarse al proyecto. En 1999, cuando viajó a Argentina, visitó el hospital y comenzó a familiarizarse con los Colifatos, construyendo un vínculo que Olivera define como una relación auténtica de amistad, respeto y confianza. En Noviembre de 2005 convocó a los Colifatos para participar de un recital a beneficio de la radio. Esto permitió que algunos de los profesionales que trabajan en el proyecto perciban un salario, y ese fue el primero de otros recitales en los que se vislumbra claramente, el compromiso de Manu con los Colifatos y los profesionales que con ellos trabajan.
El sueño de Miqui es viajar, y se siente feliz de que su trabajo se difunda en el resto del mundo. Está orgulloso de ser parte de esta radio que permitió desestigmatizar la locura, porque esta gente colifa, tiene mucho que decirnos a los aparentemente cuerdos.
¿Cómo participar?
Puedes escuchar la Colifata por Internet desde www.lacolifata.org
Para descargar gratuitamente el CD de Manu Chao y los Colifatos “Viva La Colifata” ingresa en www.vivalacolifata.org Allí encontrarás dibujos de los Colifatos, videos que reflejan el proceso de grabación y puedes colaborar voluntariamente con ellos mediante una donación de lo que tú consideres que vale el disco.
(Nota realizada para "Latin Star Magazine, Agosto 2009)
04 marzo 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario