25 marzo 2009

Más que guías, compañeros de caminos

Ellos viajaron a Estados Unidos con una valija llena de expectativas, impaciencia, ropa para soportar los 25 grados bajo cero y muchas ganas de encontrarse
con ese ser que cambiaría sus vidas para siempre, su nuevo compañero de ruta: su perro guía.



Ellos son: Noelia (lic. En Trabajo Social, empleada de la Junta Evaluadora para la Emisión de Certificados de Discapacidad, cordobesa que camina por
las calles junto con su compañera Capri); Cristina (Docente de Educación Especial que ejerce en la Escuela Nº 506 de Ahedo, espera retomar sus estudios
este año y transita las calles de buenos Aires junto a Chloe); Maxi (cursando el último año de Psicología en la Universidad Nacional de Rosario, aficionado
a la natación y con una vida social sumamente activa la cual desde hace pocos días comparte con su guía Bandit) y Carlos (trabaja en la Junta Coordinadora
para la Atención Integral del Discapacitado, toca el saxo y vive en Neuquén junto con su amigo y co - equiper Sterling).

En el país, no hay personas capacitadas adecuadamente para entrenar estos animales que entran dentro de la categoría de perros de asistencia, por lo que
este grupo de personas de nuestro país, al igual que personas ciegas, disminuidos visuales y hasta sordociegos de otros países del mundo, debió concurrir
a la academia Leader Dogs for the Blind, situada en Rochester, Michigan.

Fue fundada en 1939 por tres integrantes del Club de Leones para proveer de perros guía a personas con discapacidad visual, a fin de mejorar su movilidad,
independencia y calidad de vida. Cada año, más de 250 participantes asisten al programa de 26 días para adaptarse a tener un perro guía y desplazarse junto
a él. Ana Bravo, es la representante de la academia en nuestro país y usuario de perros guía desde hace 11 años, compartiendo su vida con su perra Mía.


Esta organización, que comenzó siendo financiada por sólo un Club de Leones, hoy cuenta con el apoyo de Clubes de Leones de todo el mundo y organizaciones
e individuos que valoran la encomiable labor que realizan, entrenando a los perros y luego a éstos con sus dueños que se alojan durante la capacitación
sin ocasionar al beneficiario gasto alguno.

La decisión de ir a buscar un perro guía era compleja, se trataba de modificar completamente la forma de desplazarse utilizada durante mucho tiempo. La
mayoría de las personas ciegas, emplean para movilizarse un bastón que, moviéndolo delante del cuerpo de la persona ciega formando un arco, permite detectar
obstáculos situados en el camino. Cris comenta: “Conocí a Ana Bravo y a su compañera Mía, y ella nos habló de la escuela en Rochester. Pero no me decidía,
hasta que un día caminé con Ana una sola cuadra y ella no tuvo problemas en absoluto, y yo me llevé por delante todos los carteles (mal ubicados) sillas
y todo lo que podemos encontrar en nuestra ciudad. Ahí me decidí, dije: ¡Esto es para mi! Completé el formulario con todos sus requisitos en 2006 y viajé
por mi perro guía en 2009”. Por su parte, Carlos ya tenía conocimiento de lo bien que se desempeñan los perros como guías y añade: “Históricamente, mi
familia, se dedicaba a la cría de Ovejeros Alemanes. Uno de ellos fue adiestrado como perro guía con el fin de ayudarla a mi abuela que había quedado ciega
por diabetes. Todo esto sucedía allá en la década de los 70. La vida transcurrió y en el año 2002, empecé con desprendimiento de retina y en el año 2005
me detectaron Uveitis. Fui operado de retina, glaucoma, cataratas y como resultado quedé con una maculopatía bilateral y una retinopatía exudativa auto-inmune; solamente
distingo la luz de la oscuridad. Tuve la rehabilitación en O y M ( orientación y movilidad ), en el uso del bastón que me fue muy útil para poder integrarme
socialmente, pero la técnica del bastón, a mi particularmente, no terminaba de satisfacerme y empecé a hacer averiguaciones de un perro guía y todos los
caminos me llevaron a Leader Dogs For The Blind.

Al cuarto día de permanecer en la academia, fueron presentados los perros con sus dueños. El perro asignado a cada persona, se elige de acuerdo al estilo
de vida, la velocidad al caminar, el tamaño físico y la resistencia. En general la escuela utiliza las razas: labrador retrievers, golden retrievers y
pastores alemanes. Todos coinciden en la profunda emoción que sintieron al conocer a sus nuevos compañeros, un momento que sin duda, permanecerá por siempre
en el corazón de cada uno de ellos, Maxi explica: “Creo que será uno de los momentos mas inolvidables de mi vida. Creo que te pasa de todo por el cuerpo
en ese momento y sobre todo estás con las emociones a flor de piel, es un viaje muy muy esperado por cada uno de nosotros y el día en que te avisan que
vayamos a los cuartos a esperar por nuestro instructor que nos traerá a nuestro perro es un momento muy muy especial, sinceramente creo que será de esas
fotos que quedarán guardadas para siempre dentro mío. Y de ahí en más comenzó una gran aventura al lado de Bandit y qjuntos día a día vamos notando los
progresos”.

Durante el entrenamiento, cada persona ciega y su perro trabajan para consolidarse como un equipo, aprendiendo el uno del otro. La persona ciega adquiere
habilidades para indicar a su perro hacia donde desea que avance, aprende a confiar en su perro cuando no desea hacerlo por haber detectado un obstáculo
y practicando regularmente ejercicios destinados a fomentar la obediencia. Los perros guía pueden recordar recorridos que la dupla realice frecuentemente,
pero claro está que su dueño siempre debe indicarle hacia donde desea ir, por lo que es de suma importancia, que la persona ciega se desenvuelva de forma
autónoma previamente a postularse para ir a buscar a su perro guía, si lo desea. A modo de ejemplo, Cris comenta aspectos relativos al entrenamiento: “Nos
llevaron a un parque por supuesto muy nevado, el sendero tenía forma ovalada, e iba rodeando en su trayecto varios paisajes. Un lago congelado, donde había
personas patinando, un puente peatonal de madera y otro lago lleno de gansos. Las personas ciegas nos orientamos por referencias sonoras que nos dan las
construcciones, pero aquí no había nada de eso, sólo viento y la inmensidad del paisaje. Teníamos instructores que nos miraban de lejos, pero yo me sentía
sóla en un desierto blanco, sin visión y llena de hermosos paisajes pero que en mi situación podrían ser peligrosos. Decidí en ese momento confiar en Chloe,
y pasarle el mando a ella, decisión difícil para mí, pero lo hice. Al principio iba aterrorizada, mi buena orientación ahí no servía, pero Chloe caminaba
segura, por supuesto moviendo su gran cola, después de pasar el puente peatonal de madera me entregué a ella, empecé a disfrutar del paisaje sonoro. Cuando
regresé al punto de salida nuestra instructora pensó que estaba resfriada, pero no era así, estaba emocionada, había sentido el viento hablar como hacía
años que no lo escuchaba”.

Los perros son capaces de guiar a las personas ciegas que utilicen, como este grupo de personas, cualquier medio de transporte. Pueden ingresar incluso
a cualquier sitio, excepto a un quirófano, claro, por razones de higiene, o a lugares bailables donde la música es muy fuerte o lugares donde haya riesgo
para ambos, tal como señalan Maxi y Carlos.

Desde su regreso, el pasado viernes, todos van experimentando como se siente salir sólos con sus nuevos compañeros, ya reemplazando la nieve por un calor
sofocante y acostumbrándose a desplazarse con ellos en sus ciudades. Noelia junto con Capri, ya son hiper famosas. La ciudad de Córdoba las recibió con
bombos y platillos, siendo motivo de notas en periódicos y TV. Ella cuenta que en la calle, la gente se acerca mucho más y sólo tuvo inconvenientes en
una heladería donde, al explicarle ella la función de su compañera, le permitieron el ingreso. Maxi agrega: “Mirá hasta ahora todo muy bien, no he tenido
grandes problemas, en el cole al subir la gente es medio como que no entiende, pero después todo bien. Ya fuimos al súper, a locales en el centro y la
verdad que sin problemas. Salvo que cuando llegué a Argentina tuve un pequeño inconveniente con el aéreo de Capital a Rosario que no querían venderme el
pasaje para ir con el perro en cabina, pero una vez que les expliqué y se asesoraron, todo bien. Desde mi punto de vista creo que los problemas que podamos
llegar a tener son más bien por falta de conocimiento y difusión de la labor del perro guía que por mala voluntad de la gente, habrá por ahí alguno que
otro, pero creo que son los menos”. carlos completa con su relato: “En primer lugar, cuando manejaba el bastón todo era a través del tope es decir, el choque,
para detectar que era lo que estaba adelante mío. Ahora con Sterling, él se encarga de sortear los obstáculos, encontrar puertas, escaleras, escaleras
mecánicas, ascensores, sillas, mesas, etc.

Los perros llevan en su arnés un letrero que solicita que la gente no los moleste porque están trabajando. Es importante no tocar al perro ni darle ningún
tipo de alimento ya que éste está guiando a su dueño que, ante su distracción, puede golpearse o lastimarse y será su dueño, quien le provea alimentos
en la cantidad y al momento preciso.

El grupo en pleno, coincide en la sensación de libertad que experimentan desplazándose con su perro y valoran infinitamente la mejora al caminar viendo
incrementarse la velocidad al hacerlo y destacando la posibilidad que les dan sus perros pudiendo sortear todo tipo de obstáculos. Sin embargo, no deben
dejar de lado por completo el uso del bastón, respecto del tema Cris manifiesta: “El bastón me brindó mi libertad, y sigue acompañándome, no en forma visible,
pero va en mi mochila. Usar bastón es muy cómodo, tiene casi gasto cero en mantenimiento, lo cerrás y lo ponnés en tu falda mientras viajás. Un perro necesita
cuidados por ejemplo cepillado, alimentación, salidas para hacer sus necesidades y ocupa un lugar físico, no me veo con Chloe en la falda en un colectivo,
aunque si la dejo la gorda se sube sin problema. El bastón te lo pueden quebrar como me ha pasado ya varias veces, la gente que ve en realidad no ve. Si
se te ocurre caminar por la calle Florida, la gente te lleva por delante y te increpa como si vos tuvieras la culpa del choque peatonal. Chloe los puede
esquivar sin problema. Aunque estoy convencida que para ser usuario de un perro guía hay que tener un dominio total del bastón, este agudiza los otros
sentidos, no debemos olvidar que un perro guía es un perro que a recibido un entrenamiento especial, pero no deja de ser un animalito, nosotros debemos
tomar las decisiones y guiarlo a él, todavía no vienen con GPS”.

Tener un perro guía es, según coincide el grupo, un arduo trabajo que requiere de paciencia y constancia, pero también es visible la felicidad que genera
en todos y el inmenso amor que sienten hacia ellos.

Un acto de amor desinteresado

Los perros guía de Leader Dogs se educan de la misma manera que muchas otras mascotas, con gran cantidad de repeticiones y refuerzos positivos. Durante
el primer año de su vida crecen en hogares con criadores voluntarios que se hacen cargo de la educación, cuidado y alimentación de los cachorros desde
el destete hasta el año de vida en que reciben una postal de Feliz Cumpleaños que indica que deben devolver el perro a la escuela. Los criadores les enseñan
normas básicas de obediencia y los exponen al mundo.

Los perros guía se someten a un entrenamiento formal con un instructor profesional durante cuatro meses en el campus de Rochester Hills. Durante ese tiempo
adquieren destrezas propias de los perros guía, como encontrar la acera y evitar los obstáculos.

Algunas de las familias criadoras, como la que se ocupó de Bandit, concurrieron a visitar a los perros y sus dueños durante su estadía en la academia. Maxi
nos cuenta la emotiva historia de la familia criadora, hacia la cual siente una infinita gratitud y reconocimiento: “Bandit fue criado por Annie Wyerzchowsk
de 16 años del estado de Wisconsin. Es el primer cachorro que criaron en la familia. La crianza de Bandit, no sólo dependió de la familia de annie, sino
de toda la comunidad del pequeñño pueblo de Yola, donde todos los habitantes del lugar ayudaban economicamente a la familia ya sea en la compra de alimentos, visitas
al veterinario, los viajes que deben hacer a la escuela para recibir instrucciones de como actuar con el cachorro, etc. Esta comunidad queda a 12 horas
en auto de Rochester y uno de los momentos mas emotivos de mi estadía allá fue cuando tuve la oportunidad de conocer a Annie y su familia, que hicieron
ese larguísimo viaje para venir a conocerme.

Estuvimos charlando un rato y me contaron además que el nombre de Bandit se lo puso Annie porque le robó el corazón apenas lo vio”.

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