Marcelo es cordobés, estudió cine en nuestro país y en el año 99 decidió ir a la Universidad de Los Angeles para especializarse en guión. Trabaja en EEUU, donde ganó numerosos premios y planea dividirse entre el trabajo allí y el desarrollo de prometedores proyectos en nuestro país.
Se reconoce muy argentino, a pesar de estar lejos y reiteradas veces, expresa su gratitud a la excelente educación y estimulación recibida desde niño en su Córdoba natal. Es humilde, agradable, verborrágico y considera clave conocerse a uno mismo y desafiarse constantemente para crecer en lo personal, de lo que necesariamente deviene un crecimiento profesional.
¿Cómo fue que descubriste tu vocación de ser guionista?
Yo creo que la cosa para mi empezó cuando tenía más o menos 12 años. Había un taller de cine en Córdoba que se llamaba La Quimera, que si no me equivoco era el primer taller de cine infantil del país. A mí me abrió el mate y me permitió encontrar algo que no había encontrado en ninguna otra cosa hasta ese momento. Recuerdo esa sensación de felicidad que me provocaba ir los viernes y sábados a La Quimera, la ansiedad durante la semana esperando que llegara el fin de semana con este grupo de gente alucinante, para ir a aprender a hacer cine. Yo creo que ahí es donde comenzó y en muchos aspectos tuve una infancia ahora que lo pienso medio alucinante porque yo creo que cuando lo vivís no te das cuenta, pero ahora que veo como crecí yo comparado con la infancia y adolescencia que tuvo otra gente, realmente fue algo extraordinario, en el sentido de que estaba en un grupo donde teníamos un grado de estimulación intelectual enorme, que desde ya que también la tenía en casa, pero a nivel específicamente cinematográfico. Nos llevaban a ver películas que yo no sé que hacíamos a los 13 o 14 años viendo, Yo si tuviese un chico no sé si quisiese que a los 13 o 14 años las estuviera viendo y no sé que entendí de esas películas, pero algo hicieron en mi cabeza, algo abrieron. Esto además en el final del gobierno militar, en un momento donde me acuerdo que volvía de La Quimera a la noche, a veces a la una de la mañana, de ver películas o jazz y yo iba en el ómnibus y subían los milicos a pedir documentos. Toda esa cosa tremendamente pesada y estar viviendo eso en pleno gobierno militar fue un pequeño milagro, porque era como estar protegido en un capullo de estimulación y abrirte a cosas increíbles, sobre todo para esa edad. Yo creo que ahí empezó lo del cine y lo de guionista llevó un poco más de tiempo porque durante muchos años me veía como director y no como guionista. Cuando tenía 21 o 22 todo lo que había hecho, fue con alguien, como co guionista, yo los dirigía pero los co escribía. A los 22 años tenía que escribir mi primer guión de largometraje para presentarlo en un concurso que lo organizaba La Nación. Yo estaba estudiando cine en la Universidad nacional de Córdoba. Cuando salió ese concurso nos pusimos a trabajar con un amigo, había sólo 4 meses para escribir el guión y este amigo me dijo que le llevaba demasiado tiempo y que no podría hacerlo. Ahí se me presentaba una disyuntiva, o seguía sólo y me presentaba al concurso o dejaba el guión donde estaba y decidí seguir sólo y ese fue el segundo momento donde yo recuerdo que pasó algo como que me abrió el mate a que había un universo de cosas que yo podía hacer y que no sabía que podía. Fue terminar mi primer guión de largometraje sólo y darme cuenta que capaz además de ser director podía específicamente dedicarme al guión. Yo estudié en la nacional, en la metro que es una escuela de cine privada en Córdoba y traté de especializarme en guión yo mismo, porque no había donde hacerlo acá y después tomé la decisión de irme a EEUU en el 99 para estudiar guión específicamente allá.
¿Cómo fue el proceso de admisión en la universidad de los Angeles?
Bueno empecé por un programa que, es difícil entrar, pero no es tan difícil como el master. Básicamente aceptan 80 personas de todo el mundo por año, nos capacitan por 2 o 3 años. Para el masters aceptan 12 personas al año y es muy jodido entrar, yo no sabía que los profesores de ese programa son los mismos de este que es el Profesional programing screen writing y advance programing screen writing, ambos tienen los mismos profesores que tienen el masters, entonces lo que hacen ellos es básicamente sondear e ir viendo quien es quien por 2 o 3 años, ver como escriben, como se relacionan con los compañeros, con el entorno, entonces empujan un poquito a aquellos que realmente ven que tienen potencial. El proceso de la primer aplicación fue mandar un guión que fue este primer guión que había escrito que no ganó el concurso acá y yo estaba bajoneado porque creía que no debía ser bueno y en EEUU ganó 3 premios. Fue como muy extraño también ganar allá. Ese guión lo hice traducir, porque en esa época no me sentía cómodo escribiendo en inglés, lo mandé junto con un statement of purpose (lo que yo quería lograr como guionista) y después la aplicación típica, papeles y más papeles, me aceptaron y me fui allá por un año. Hice el primero, 2 veces el segundo que se puede repetir y ahí todo el mundo me decía que tenía que aplicar al master in final arts. Yo no quería saber nada porque es muy difícil entrar. Generalmente no te aceptan la primera vez porque quieren medir el grado de persistencia. Tengo un amigo que aplicó 7 años consecutivos hasta que entró y entramos el mismo año juntos. Tuve un suertón, porque finalmente apliqué y me aceptaron y ahí ya mis guiones habían andado bien, habían ganado varios premios en concursos.
¿Qué costos conlleva estudiar en la UCLA y cómo los afrontaste?
Uy, los costos son horrorosos, te sale más o menos 8000 dólares por trimestre, que son casi 25000 dólares anuales. Yo no tenía un mango y becas para esta carrera no hay. Los premios me dieron mucha de la guita para pagarme la mitad de mi carrera, otro poco con lo que trabajaba y la parte que no me alcanzaba, que era mucha, con un crédito de estudiante que todavía estoy pagando y que pagaré por los próximos 20 años. No es barato para los extranjeros estudiar allá, y eso que es una universidad pública, es la universidad estatal, University of California Los Angeles. Incluso en las universidades públicas allá la gente paga. Yo como extranjero pagaba más porque no era ciudadano del estado de California, a ellos los subvencionan y pagan un tercio de lo que yo, que era el equivalente a lo que pagaban los chicos en las privadas.
¿Dónde trabajabas?
Legalmente, el tipo de visa que tenía sólo me autorizaba a trabajar dentro de la universidad. La comunidad internacional en Los Angeles es muy grande, la universidad es una ciudad realmente. Estamos hablando de 80000 personas, de los cuales serían alrededor de 1500 extranjeros por año de todas las disciplinas. Entonces hay un centro que genera muchas actividades y yo empecé trabajando en ese centro haciendo fotocopias. Yo no me acuerdo exactamente cuanto ganaba, pero suponete que mi alquiler eran 650 dólares por mes de un mono ambiente: una pieza grande con un bañito y entre la pieza y el bañito había un un pasillito conector donde había una heladerita y un hornito eléctrico que era mi cocina y lababa los platos en el baño. Ese lugar chiquitito pero que estaba muy cerca de la universidad me salía 650 dólares y mi primer sueldo eran 675 dólares, me sobraban 25 dólares. Yo me había hecho amigo rápidamente de la gente que estaba a cargo de un comedor estudiantil, entonces comía al mediodía gratis y a la noche comía sopas en sobre que compraba en el súper mercado. No tenía que pagar ómnibus porque vivía frente a la universidad y a 3 cuadras del trabajo y tenía una línea de teléfono subvencionada que es para gente que no llega a cierto nivel de ingreso. Así que, vos sabés que estaba feliz, nunca sentí la angustia de no tener dinero. Estaba tan feliz haciendo esto, en un ambiente muy estimulante, en una universidad increíble y al mediodía comía tan bien y caminaba mucho, así que estaba en muy buen estado físico. Nunca estuve mejor físicamente que en los primeros años donde no comía cena allá. Crecí en el trabajo donde empecé en la fotocopiadora y terminé siendo el director del Centro Internacional. Eso de sufrir fue el primer año y pico, después la cosa un poco se estabilizó.
¿En qué temáticas trabajás habitualmente para construir tus guiones?
Buena pregunta. Hay 2 situaciones bien diferentes entre lo que es escribir on spec, como le dicen los gringos, que es cuando no te contratan sino que escribís algo que se te ocurrió on spec porque es on speculation that it would be sold. Esperás que lo puedas vender alguna vez y esas son ideas personales que surgen de diferentes formas. Ya cuando empezás a trabajar profesionalmente, no necesariamente son ideas tuyas. Trabajando on spec, que fueron mis años en la universidad, todos los guiones que escribí excepto el último, sucedían en la Argentina. Desde por ejemplo una comedia que tenía cosas muy personales que yo estaba viviendo en esos primeros años de vivir allí, viendo esta industria del cine tan extraña y este mundo tan extraño que a veces puede resultar ser los EEUU. Esa es una comedia que escribí que finalmente va a ser mi primer proyecto como director. Otro guión fue sobre una historia que me apasionó desde que yo tenía 13 años que es la historia del ingeniero Carlos Casafús, que construyó en los 1880s el que sería el dique más grande del mundo con toda la oposición de la iglesia, del gobierno nacional, en medio de un clima enrarecido por presiones religiosas y políticas en función de los cambios de la entrada a la modernización que estaba experimentando Argentina. Es la historia de la obsesión de este tipo por construir éste, que resultó ser el dique más grande del mundo, en un país que no era uno de los países donde se esperaba este tipo de obras monumentales y como esa obsesión hizo que el tipo básicamente perdiera todo en su vida. Después hay otros que se me ocurrieron por gente que conocía. Otras historias que escribí tenían que ver con situaciones que yo había vivido de chico en la época del gobierno militar y todas estas experiencias que yo te contaba en el contacto con el cine a una edad temprana. O sea que es una mezcla de cosas que creo que tienen en común la experiencia personal de lo que me pasaba, o de lo que conocía o leía, como en el caso del dique.
¿De todos los guiones que escribiste on spec, cuáles se pudieron concretar en películas?
Básicamente una vez que los escribís los empezás a mostrar. Como yo no podía trabajar profesionalmente allá por un problema de visa durante la universidad y no quería trabajar ilegalmente en EEUU, porque habría significado arriesgar la posibilidad de quedarme en el país. Al egresar, hace 3 años, hice la transición de la visa de estudiante a la visa laboral, recién ahí pude empezar a trabajar profesionalmente. Hasta el momento la única salida que mis guiones tenían era enviarlos a concursos. A nivel concursos anduvieron muy muy bien, ganaron el Slown, que es el festival internacional de Tribeca, el premio Jack Nicholson, el British academy Felowship. Con esa exposición que tenés a gente, a productores fue que conseguí representación y mis primeros trabajos. Generalmente el 98% de los guiones on spec nunca se venden, para lo que los usás es para mostrar quien sos vos como escritor y te contraten para escribir las historias que a ellos les interesan. Porque vamos a ser francos, ¿a quién le interesa en general en los EEUU un drama histórico que sucede en Argentina en 1880? El mercado es mucho más limitado. Aún así a mí me ha ido muy bien no solamente con este asunto de los premios, sino que gracias a esos guiones es que yo conseguí laburo y el año que viene voy a filmar mi primer película como director que es Leaving and living LA, que es uno de estos guiones que escribí on spec, mis agentes van a empezar a mandar The Dam y otro guión que es Daniel's day dreams. Hay mucho interés de que haga una adaptación de ese guión a la realidad americana. Ese es uno que tiene que ver con mi infancia en Argentina, en ese sub mundo del cine durante el gobierno militar, entonces hay un interés de hacerlo adaptándolo a otro entorno. Así que te diría que de los que escribí on spec, los que van a tener futuro a corto plazo son Leaving and livin LA que lo voy a dirigir el año que viene y estamos hablando de hacer una co producción con Luis puenzo, me interesa porque su trayectoria es increíble y su obra como director, productor y guionista me fascinan. Tuvimos la suerte de conocernos y de que hubiera una onda muy linda, estábamos buscando un proyecto para hacer juntos y yo creo que éste va a ser el primer proyecto con su compañía y una compañía americana. The dam (este asunto del dique) lo vamos a empezar a mandar. Como guionista si querés mandar un guión al productor lo tenés que hacer a través de tu agente. Ningún productor acepta guiones no solicitados a menos que sea a través de un agente, para evitar juicios y leer la cantidad de material que se escribe. Me pasó que alguien vio un guión mío en uno de estos concursos, me persiguió durante un año para comprármelo, pero era leaving and living LA que quería dirigir yo, entonces no lo quería vender y terminó contratándome para escribir un guión para él y ese fue mi primer laburo. En el segundo laburo otra persona que había leído the dam, que me contrató para escribir un guión basado en una idea que él tenía, el tercer laburo lo mismo. Entonces ahora estoy con mi agente en la etapa de que ya voy por el cuarto proyecto y empieza el momento de ver cómo armo la estrategia de mi carrera.
Cuando ves el primer guión que escribiste allá para el concurso, ¿qué cambios notás?
Que era horrible, era pésimo, no tenía perdón de Dios. Yo lo miro y digo como podía ser tan malo y creo que es en serio, no lo digo tratando de mostrarme humilde, realmente era malo. Tenía buenas intenciones, eso sí, pero eran guiones mediocres. El día que entré a la universidad, el profesor dijo: yo les puedo prometer una sola cosa y es que al final de este año van a ser mejores guionistas que lo que son hoy. Eso es cierto, después de todos los años que pasé en la universidad, yo me di cuenta que me iba volviendo un mejor y mejor guionista. Entre otras cosas porque tenía que escribir un guión de 0 todos los trimestres.
¿Qué diferencias notás en la vida de EEUU y la vida en tu Córdoba natal?
Es bien diferente en muchas cosas, pero a su vez tiene muchas cosas en común. Es diferente porque no tenés nada familiar, ni tu entorno, tus amigos, tu familia, el idioma, el lugar donde naciste, es como trasplantar una plantita. Pero a su vez, uno se puede generar el mundo alrededor que represente un poco al que uno tenía. No es que uno trate de emular lo que tenía en Córdoba, pero uno intuitivamente tiende a generar alrededor un mundo con las cosas que tenía el otro mundo que te hacían feliz, por ejemplo amigos, yo creo que un lugar lo hacen los amigos y la gente con la que te rodeás. Eso me di cuenta en EEUU viendo a mucha gente llegar e irse con el corazón roto por no haber podido echar raíces, y en general lo que la gente que se volvía tenía en común es que no habían podido generar relaciones como las que tenían en sus países. El primer año para mí en EEUU fue súper duro, porque estaba medio solo y no lograba encontrar ese tipo de relaciones profundas que yo tenía acá. Yo soy muy impaciente, entonces al principio quería sentirme ya arraigado y bien y eso llevó un tiempo. Hoy por hoy el grupo de amigos que tengo allá es diferente al grupo de amigos de Argentina, pero los adoro y extraño de la misma manera. En mi caso terminé generando un grupo donde yo me siento como en casa. Entonces en ese aspecto eso hace que las diferencias sean si se quiere, menores. Pero después tenés un mundo que es diferente, muy predecible políticamente, que en Argentina a veces no es tan así, las reglas cambian constantemente y sin que vos te enteres. Entonces tenés un mundo de pronto donde tiene sus ventajas como eso, tu futuro no está constantemente bajo el desafío de que va a pasar en 6 meses con el país, con el laburo. Entonces yo siento que hay un marco de orden. Pero después tenés cosas que hay acá y no hay allá, como la calidez de la gente. La falta de este asunto de lo predecible es un arma de doble filo, por un lado lo predecible te da una sensación de seguridad y tranquilidad, pero a su vez hace que también falte la cosa espontánea que tiene mucho Argentina en cuanto a las relaciones, viste, el vi luz y subí. Esta cosa donde todo es un poco más armado, a mí me rompe un poco. Me gusta la cosa más relajada, de decir: che ¿vamos al cine? Y ahora tengo amigos con los que pasa eso, pero en general la norma no es esa. Argentina tiene cosas que a mí me alucinan como el grado de creatividad de la gente. Yo creo que tanta crisis hace que la gente constantemente la esté peleando, esté rebuscándosela para poder generar cosas que le permitan desde vivir hasta expresarse. Y eso es como que cierto grado de entre comillas comodidad, hace que esto se pierda un poco. Entonces yo veo en Argentina, la cantidad de emprendimientos personales, lo veo en general en la ciudad, caminando acá por el barrio. Está el restaurante que se abrió y no es la gran corporación que está poniendo guita, porque allá en EEUU abrir un restaurante estás hablando de una inversión millonaria, sino el emprendimiento del tipo que destinó todos los ahorros con los amigos y abrió un restaurante, o el tipo que se puso un negocito de diseño. Esas son cosas que yo allá extraño, porque es lindo sentirse parte de un movimiento de gente peleándola. A veces los momentos en que extrañás más es cuando las cosas están más difíciles en Argentina. En 2001, volví en Diciembre cuando estaba todo el despelote de De La Rúa y yo me acuerdo que ahí anhelaba más que nunca estar en Argentina, porque yo no me fui en un momento de crisis, me fui específicamente porque quería estudiar guión. Ver a mis amigos, a mi familia y a la gente en general peleándola, saliendo a la calle a protestar, todo eso a mí me pareció una cosa que me inspiró mucho. Por supuesto que es mucho más fácil decir esto cuando uno está afuera, pero había una energía de cambio de decir no estoy contento con esto y no me la voy a tragar y generar proyectos que allá yo no había visto y que acá en Argentina tampoco ves todos los días. Entonces en ese momento a vos te da la sensación de bueno, que bueno estar en un país estable pero también que bueno estaría formar parte de algún movimiento, como en su momento en el 83 fue la vuelta a la democracia. Yo creo que estando afuera uno le ve un costado demasiado romántico, vos le preguntás a la gente que estaba acá y todos te van a decir estás completamente de la nuca y eso es viéndolo desde afuera lo cual es absolutamente cierto, pero también es cierto que formar parte de algún tipo de movimiento tiene algo que es increíble y que yo solamente vi en EEUU con todo este asunto de Obama.
¿Cuánto hacía que no venías a la Argentina?
Vengo todos los años, sino me muero. Básicamente vengo a visitar familia y amigos y ahora estoy tratando de volver más a menudo porque estoy generando proyectos para hacer acá. Mi idea es: a mí en EEUU me está yendo muy bien, estoy trabajando profesionalmente. Ya voy por mi cuarto proyecto profesional, habiendo egresado hace 3 años, cuando más de la mitad de mis compañeros no tienen laburo como guionistas, entonces yo estoy tocando el cielo con las manos, sobre todo considerando que inglés es mi segundo idioma, están todos esos desafíos adicionales. O sea, yo creo que la verdad he tenido mucha, mucha suerte de como me ha ido, pero a su vez yo siento que quien soy, lo soy gracias a mi formación en Argentina. Desde la escuela primaria, que era alucinante, la escuela secundaria, la universidad, la gente. Viste, yo básicamente pude ir a EEUU gracias a todo lo que recibí de mi país y sé que suena completamente cursi decir esto, pero es absolutamente cierto: yo estando allá me siento más argentino que lo que me sentía acá y eso hace que me den muchas ganas de volver y de hacer cosas en el país, generando proyectos para devolver un poco lo que a uno le ha dado. Entonces creo que es importante volver a invertir en el país, no estoy hablando necesariamente de dinero, estoy hablando de proyectos, de tu tiempo, de tu amor, de dónde dirigís tus energías. La idea es dividir mi tiempo entre allá, en proyectos como guionista sobre todo, porque eso me garantiza la estabilidad económica y venir acá para generar proyectos como director, por ejemplo, o para hacer películas que sean incluso internacionales que yo escriba en inglés, pero hacerlas acá. Argentina está al nivel de cualquiera de los principales países productores de cine, de Europa, de EEUU. Nivel técnico, artístico... Hay un nivel de la puta madre en Argentina. Y mi idea es usar eso como excusa para pasar más tiempo acá.
¿Qué consejo le darías a quien en este momento está estudiando cine?
que abra un restaurante, (risas) no, mentira. Si bien consejos a mi no me gusta dar porque el consejo va con una noción de que conocés su realidad tanto que la tuya se va a adaptar a la de ellos y yo creo que cada realidad es absolutamente personal. Tomando eso en cuenta, te diría que la experiencia de vivir afuera aún si me hubiese ido mal, habría sido alucinante porque te abre la cabeza en muchos aspectos. Yo antes de irme afuera tenía una visión mucho más limitada de lo que era el mundo, a pesar de que leía mucho de política exterior, política en general, historia... lo que uno sabe y lee normalmente. Pero de golpe viste, te das cuenta que el ombligo del mundo no es tu país, que la forma en que vos vivís y tu cultura no es la forma de vivir y la cultura de todo el mundo y si bien eso está claro intelectualmente, emocionalmente conocerlo y entenderlo te abre mucho la cabeza. Porque te permite llegar incluso a otro nivel de profundidad de auto conocimiento, creo en cierta manera. Entonces si me preguntás a mi qué cosas me sirvieron en lo personal y que ojalá que le sirvan a otra persona, es salir de la zona de confort, yo creo que es lo mejor que te puede pasar para crecer como persona. Más allá de que estudies cine, o arte, cocina, ingeniería o estés laburando en lo que sea, porque eso te permite crecer como persona y eso significa que profesionalmente podés también crecer, Yo creo que van de la mano. ¿Y ¿qué es salir de la zona de confort? De todo, desde irte a vivir a otro lado que capaz, por ahí no significa vivir afuera, pero irte más allá de tu red que te provee esa seguridad afectiva, emocional: amigos, familia, para poder estar más con vos mismo en un ambiente nuevo donde aprendas nuevas cosas básicamente, hasta quizás irte a vivir afuera o escribir un tipo de historia que no es lo que más cómodo te sentís escribiendo como guionista. Y por otro lado, yo creo que a pesar de todos los bajones mantener la cabeza abierta, que se pueden hacer muchas cosas y que hay mucho por hacer. Decir, sea lo que sea que estés pensando hacer, hacelo y dale para adelante y aunque sea sacate la duda de si podés o si querés. Yo creo que decir algo más que eso es hasta arrogante en cierta manera. También creo específicamente en el caso de los guionistas, que tenemos la gran responsabilidad de contar historias y, a través de ellas, mostrar la diversidad, la sociedad tal cual es y las personas con toda la riqueza de etnias, religiones, ideas, elecciones, características físicas, psicológicas, culturales, etc. Y lo otro que si diría es que claramente cualquiera puede. Yo soy muy afortunado, nací en una familia que si bien no había plata para irse a las grandes vacaciones, siempre hubo mucha estimulación intelectual desde chiquito y eso es algo de lo que yo estoy tremendamente agradecido a mis padres, del énfasis que pusieron en la importancia de la educación para nosotros. Entonces yo esas cosas no las doy por sentado, agradezco mucho haber tenido eso y sé que soy una persona muy afortunada por haber nacido en la familia que nací y por haber ido a la escuela que fui. Y porque pude hacer la experiencia de irme afuera, pero a su vez supongo que si yo hubiese sido un nabo total escribiendo, capaz que obviamente no andaría. Yo me acuerdo que en el mundial de Corea y Japón, no sé si vos te acordás el éxito que tuvo casero cantando en Japonés esa canción Shimauta. Casero a mí me encanta, no sólo como actor sino también como cantante, me parece genial y fui a ver el espectáculo que él tenía en teatro, un unipersonal muy lindo donde él contaba su experiencia de haber tenido éxito en Japón, no sólo con Shimauta, sino con otras canciones. Después se armó un disco en japonés, canta precioso en japonés y yo me acuerdo que él tanto en el espectáculo como en el dvd que yo compré de este álbum, tenía un escrito al final que decía algo así como cualquiera puede. A mi me pareció alucinante que un tipo como Casero, en medio de este espectáculo unipersonal haya dicho algo que a mí me parece que es muy inspirador, que cualquiera puede. ¿Dónde te entra en la cabeza que él iba a terminar teniendo éxito como cantante en japonés? Tiene que ver con esta sensación de que es cuestión de pensar en grande, de no limitarte por lo que conocés, que parte de lo de salirse de la zona de confort, de ir a esto que los hinduistas llaman el caos de lo desconocido. Yo creo que irte de tu zona de confort, es un poco irte al caos de lo desconocido. Algo que te da mucho temor, te llena de ansiedad y que a su vez te excita intelectualmente, pero que si vos te relajás y decidís probarlo, vas a encontrar oportunidades que jamás de otra manera encontrarías. Y yo creo que si hay algo que le diría a alguien, si en síntesis tuviese que haber una sola cosa que yo le pudiese decir a alguien, es esto que decía Casero de que básicamente todos pueden, y le agregaría siempre y cuando estén dispuestos a largarse en este caos de lo desconocido y darse la opción de fracasar, de sentirte para la mierda, de estar solo, de encontrarte, de encontrar un rumbo, ideas y las oportunidades que solamente surgen cuando te alejás de la costa y te metés a navegar.
(nota realizada en Junio de 2009)
04 marzo 2010
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