El infanticidio: una figura polémica del código penal

El DR. Raúl Zaffaroni fue convocado en la cámara de diputados de la nación para exponer su visión como magistrado de la Corte Suprema de Justicia, acerca del infanticidio.

Etimológicamente la palabra deriva del latín: infans y coedere, que significa "matar a un niño". Se instala como figura en el Código Penal que atenúa la condena de quien lo hubiese cometido basándose en la deshonra por la ilegitimidad del parto, es decir, con el deshonor de la madre ante la sobrevivencia del hijo nacido en aquellas circunstancias. Esta figura se encuentra presente en los Códigos Penales de todo el mundo y también se hallaba en el de nuestro país, hasta que en 1994 en el marco de la discusión de una ley que versaba sobre secuestro y comercio de niños se derogó la ley 24410 eliminándola en su totalidad y esgrimiendo argumentos poco convincentes. “Eso de ocultar la deshonra es algo pasado de moda, algo verdaderamente bochornoso que había que eliminar. Pero de ahí a eliminar el infanticidio hay una distancia grande” expone el magistrado. Define los casos de infanticidio como muy dramáticos y expresa que de ser un homicidio atenuado con pocos años de pena pasó a homicidio agravado con pena de cadena perpetua. Añadió que son casos que mueven más a la conmiseración que a la venganza o la punición, ya que afecta a jóvenes condicionadas por el repudio de su entorno y la posibilidad de perder el afecto de quienes las rodean en los sectores más humildes.
Según el diccionario de medicina legal escrito por Emilio Gonet el estado puerperal se define como: un trastorno mental transitorio incompleto. Figura médica psiquiátrico - forense cuyo atributo mayor es el oscurecimiento, lo que no es igual a borramiento o desaparición, de las funciones y mecanismo psíquicos entre los cuales la conciencia representa una parte, pero no el todo de aquellas.
El Dr. Zaffaroni informa que en nuestro país, los infanticidios no son muy frecuentes, aunque destaca que no existen buenas estadísticas criminales sobre las que basar su afirmación. Sostiene que generalmente estos hechos son protagonizados por adolescentes o mujeres muy jóvenes, de escaso o nulo grado de instrucción, comúnmente con jóvenes que si bien no padecen graves trastornos de inteligencia no llegan a alcanzar los niveles medios, con historias de vida muy poco felices, alto grado de aislamiento y con personalidades no proclives a comunicarse. En general, los hechos ocurren en un baño y a menudo los bomberos logran sacar a los niños de pozos ciegos.
Finalmente, el magistrado miembro de la Corte Suprema de Justicia sugiere reestablecer el infanticidio adaptando la normativa vigente en el Código austríaco con una fórmula que indique: “Se impondrá prisión de hasta 5 años a la mujer que diese muerte a su hijo durante el nacimiento o con posterioridad mientras el estado puerperal continúe disminuyendo su responsabilidad”.


El caso Romina Tejerina

Sin dudas el caso más resonante sobre infanticidio en los últimos tiempos es el caso de la joven jujeña que el 21 de Febrero de 2002 dio a luz en el baño de su casa a una beba de seis meses de gestación a la que mató de 17 puñaladas. Luego del hecho, denunció que el embarazo había sido producto de la violación de un vecino 20 años mayor que ella, algo que la justicia no llegó a probar.
Durante el juicio, el tribunal no hizo lugar al pedido de la defensa para que fuera declarada inimputable, debido a la emoción violenta sufrida tras el
Parto, dictando cadena perpetua para Romina Tejerina. Fernando Molina y Mariana Vargas, sus abogados, presentaron un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien también lo rechazó y dejó firme la condena. El fallo de la Corte fue dividido: mientras los jueces Maqueda, Fayt y Zaffaroni argumentaban la inimputabilidad; las juezas Argibay y Highton votaron por sostener la condena y argumentaron que Romina no había sido presa de ningún brote psicótico.